domingo, 26 de julio de 2009

ANALISIS POÉTICO DE "AXOLOTL", de J.C.


Análisis del cuento Axolotl, de Julio Cortázar. Dicho cuento pertenece a Final del Juego (1956)

AXOLOTL:
Los “opuestos” y el Juego de la Telepatía

"Es el foco de atracción, y lo vemos los dos. Yo no he abierto la boca, ni tú la tuya. Ni siquiera coincidimos en el año, y no digamos en la habitación. Y sin embargo estamos juntos. Muy cerca.
Se han tocado nuestras mentes.
Hemos protagonizado un acto de telepatía. Telepatía de verdad."

Stephen King, sobre la escritura y la lectura en "Mientras escribo"

INTRODUCCIÓN

Con el presente análisis se pretende marcar una posible red de lectura. Para lograrlo se pondrá la atención en determinados aspectos del cuento, ligados, en su mayoría, a una forma de “oposición” que se demostrara que esta latente en toda la historia.
A su vez, partiendo de eso y de otras premisas que mas adelante se darán a conocer, se empezara a hablar de la Telepatía entre escritor y lector y del rol que esta idea (también desarrollada más adelante) juega en la obra.

DESARROLLO

Con Axolotl asistimos a un proceso de transmutación, de transición. El cuento, desde las primeras líneas nos sumerge en profundidades oscuras e inmóviles (“Oscuramente me pareció comprender…”; “…una profundidad insondable…”) subrayadas por la contrariedad descriptiva (Primera Gran Oposición) que ayuda a que toda imagen se desdibuje para adquirir justamente mas fuerza (“…observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos…”)
En esa oscuridad los axolotl resaltan, oponiéndose a la misma realidad (“...su dulce, terrible luz…”; “…pensé [refiriéndose a los axolotl] en las estatuillas chinas de cristal lechoso...”). Hasta la ciudad, Paris, se describe como un animal (“…Paris abrió su cola de pavorreal…”) y de los axolotl se dice en todo momento que no lo son (“No eran animales”) Son una luz en el negro abismo. Segunda Gran Oposición.
El cuento nos habla de un hombre, una consciencia, que muta en axolotl (hombre y axolotl, Tercera Gran oposición). Para el análisis pertinente a este trabajo adquiere vital importancia la última línea de la historia (“…creyendo imaginar un cuento va a escribir todo esto sobre los axolotl”). Gracias a esa aseveración final podemos decir que la transición que se produce, en realidad, se da a la inversa de lo que el cuento nos muestra (Cuarta Gran Oposición).
Se puede hacer esta afirmación, basándose en la siguiente observación: creemos leer la historia de un axolotl, sin embargo, gracias a las últimas palabras (el final), sospechamos que quizás estemos en presencia del cuento supuestamente imaginado por el hombre. Se produce la dualidad. A la luz de este dato podemos leer el cuento con otra visión: la ficción seria desenmascarada y seriamos plenamente consientes de que leemos a un hombre que se pone en la voz de un axolotl y que da a la historia el final que le da porque su obsesión le hace temer que la “mentira” (ficción) pueda ser verdad. Esta lectura no permite que se produzca la entrega (del lector) que si permitía la primera lectura. Al leer: “Ahora soy un axolotl”, leemos en realidad: “Esto lo escribió un hombre con la paranoia de que esta escribiendo algo que realmente no es una invención. Un hombre que no quita la posibilidad de que una parte de el haya mutado en axolotl”. La entrega del lector es diferente. Siempre es la mutación y la partición del “uno”.
En este punto, antes de continuar, es necesario abrir el abanico a otra idea. Extender la telaraña para entretejer significados. Lo que el personaje hace (ya sea que su mutación en axolotl sea ficticia o no- se instala la idea de ficción dentro de ficción-) dejarse “comer” por los axolotl identificándose con ellos, sufriendo con ellos, proyectando sensibilidad, no es mas que lo que el mismo lector hace, perdiéndose a su vez en una inmovilidad absoluta. El poder de la ficción de abrir grietas en el espacio tiempo. Toda historia quiebra el orden cronológico real, nos transporta, nos desliga de la inevitable continuidad[1]. Es la Telepatía literaria, y entiéndase esta noción de la siguiente forma: la telepatía no es más que la transmisión de pensamientos de una mente a otra. Telepatía es empatía. Telepatía es también invasión: un pensamiento ajeno en nuestras mentes. La Telepatía es peligrosa: empezamos a leer los pensamientos del “otro”, a tal punto que llegamos a predecirlo… Pensamos como el… El personaje, los hechos (todo lo que conforme una historia) llega a nosotros como una idea, en un proceso de Telepatía. Luego, esa idea se independiza en nosotros, se desliga de su origen, crece, empieza a tener implicaciones particulares para cada uno.
Ahora analicemos desde la Telepatía y volvamos a la idea del principio (partición, mutación) y vemos como son nuestras conciencias las que trasmutan. Entra en nosotros la idea de que lo narrado la cuenta un axolotl… seguimos los razonamientos del mismo… Primero miramos el cristal (papel- no es casualidad que el canibalismo se de por los ojos. Lectura es canibalismo-) y del otro lado vemos un axolotl que no tarda en devorarnos. Somos el y cuando se nos señala (líneas finales) que él mismo podría ser fruto de la invención de un hombre (que en realidad no estaría inventando sino siendo consciente de la perdida de una parte de si. La conciencia del lector) nos transformamos en ese hombre mediante la deconstrucción, descreyendo lo recién leído.
En el cuento, como en toda historia, existe el juego de la Telepatía, pero este cuento posee la particularidad de tratarse, justamente, de ese juego de la Telepatía. Un hombre lee (o cree leer) tanto la mente de un axolotl que se transforma en uno de ellos… o quizás no se transforme literalmente pero si lo haga mediante la ficción. Entre ellos hay una fuerte conexión.

CONCLUSIÓN

De este modo con Axolotl recorremos el siguiente camino: primero axolotl, luego hombre. Hombre que no sabrá decir si lo que escribe es real. Lo mismo que nos sucede cuando nos sorprendemos a nosotros mismos contándole a alguien algún episodio de alguna ficción como si hubiera pasado. Leemos (pensamientos) sobre “otro” (ese “otro” es un tercero en el asunto ya que no es ni lector ni escritor… es ambos…) y esa esencia crece en nosotros que le otorgamos una conciencia…
Mientras mas nos entregamos a las historias mas desconfiamos de la realidad, y a su vez, mientras mas desconfiamos de la realidad con más solidez vemos el mundo. Son justamente el caos y la confusión lo que hacen que todo tenga sentido. Los “opuestos” forman uno.
El Juego de la Telepatía nos da la posibilidad de explorar al extraño (lo hace el personaje, lo hacemos nosotros), con el riesgo de terminar comidos, de no medir las consecuencias de la transición.
Axolotl con sus oposiciones (a grandes rasgos, las cuatro que se mencionaron al principio) y con el final en el que tanto énfasis se puso en este análisis parece quedar constituido de arenas movedizas, cambio, donde el Juego de la Telepatía no se detiene un instante: una consciencia se parte y el cuento puede estar escrito por uno de los lados o por otro, dependiendo de cómo se lo mire… La misma historia puede significar dos puntos de vista diferentes, dos voces, como ya se demostró (podemos estar leyendo al axolotl o al hombre) y esto sucede porque el que termina de conformar el cuento, el que cierra la Telepatía, es el receptor. Entonces puede leer lo mismo pero encarándolo de diferentes perspectivas, de diferentes bases.
Hacemos el proceso Telepático y resignificamos a pesar de leer las mismas palabras en el mismo orden. Porque leemos otro pensamiento.


[1] Dice Carriere de la Experiencia del cine (que se puede aplicar a la experiencia de entregarse a cualquier obra de arte) en “La película que no se ve”: “El circulo temporal se ha cerrado y el tiempo se ha preservado, como escapando al envejecimiento general”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes que me encanta leerete siempre mi querido Delirio!! Te dejo un abraso enorme y la firme propuesta de volver a proyectar Londres 1700, creo necesitar volver a mis comienzos. La niebla de Londres siempre en nuestros corazones. Lo quiero mucho! Au revoir.


Parkita.

Anónimo dijo...

Estuve leyendo Stephen King... y simplemente me encantó. Me gustó demasiado a pesar de que no escribe ESTUPENDO sino que escribe COSAS ESTUPENDAS. En vez de cumplir con mis obligaciones me la pasé leyendo varias de sus novelas, simplemente no podía resistirme; soy un gran ejemplo a seguir (en especial porque rindo el final de semiótica en unas horas y estoy demasiado nerviosa!!). Es demasiado cómico que me persiga el profesor de Grecolatina con frases del tipo "Tamara, esos tipos no siquiera escriben sus libros" (Fijate quién comenta, él que se anda tragando los cuatro tomos de Crepúsculo).
Y pienso comprarme a principios de mes las Obras completas de Lovecraft :)

Tenemos que hablar conejo... seriamente.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Otra cosa..estuve leyendo El ojo del conejo.. sos la demencia más avasalladora que conozco, UNICO. Me gustaría ver el documental,, se puede?